En invierno los pantalones son la prenda que más usamos: cómodos, resistentes y el punto clave de cualquier look. Pero entre tantos fits diferentes es normal perderse. Por eso te dejamos una guía rápida —y sin complicaciones— para entender qué significa cada corte y cuál encaja mejor contigo.
Elegir bien un pantalón no va solo de talla: va de estilo, comodidad y actitud. Los fits existen precisamente para que puedas encontrar ese punto donde te ves bien y te sientes mejor.
Los fits que deberías conocer
El Skinny es el más ajustado de todos: sigue la forma de la pierna desde arriba hasta el tobillo. Perfecto si te gustan los looks más modernos y limpios.
El Slim tiene un corte más equilibrado: ajusta, pero no aprieta. Es versátil, funciona prácticamente con cualquier outfit y es el favorito de muchos.
Si lo tuyo es algo más clásico, el Regular es el corte de siempre: recto, cómodo y sin excesos. Y si buscas espacio, libertad y rollo urbano, entran en juego los Relaxed, Loose o incluso los Baggy, esos que recuerdan al skate de los 90 y que ahora vuelven con fuerza.
¿Quieres algo con un toque diferente? El Drop Crotch / Trendy Fit baja el tiro y da un estilo desenfadado que llama la atención sin esfuerzo.
El Bootcut, por otro lado, abre ligeramente en la parte baja. Ideal para quienes llevan zapatillas voluminosas o quieren un look más equilibrado.

¿Cómo elegir el tuyo?
Empieza por tu estilo:
- Si te mola lo ajustado → Slim o Skinny.
- Si priorizas comodidad → Relaxed o Loose.
- Si quieres un look urbano o amplio → Baggy o Drop Crotch.

Después piensa en cómo quieres que caiga la prenda sobre tus piernas y tus zapatillas. La botamanga, el tiro y el largo pueden cambiar totalmente la forma en que se ve el pantalón. Una botamanga estrecha afina, una ancha relaja. Un tiro alto estiliza, un tiro más bajo aporta rollo.
Al final, el fit perfecto es ese que te acompaña todo el día sin que tengas que pensar en él.




